Y un solo elemento
fuera de lugar causo que enfilara mis pasos hacia ti, aunque en realidad a ti
no te buscaba... y tal parece que no había visto antes la luz hasta encontrarla
en tu mirada, hasta encontrar en un tartamudeo inusual, en un temblor nervioso
de mis manos, la manera de sostenerte la mirada y acordarme de cómo hablar...
De esos momentos que
busco grabar como con un hierro al rojo en mi mente, esa cadencia de tus hombros al hablar, tus
dulces labios rosas matizando tu dulce voz, esa pulsera con los colores de la
bandera francesa enmarcando el tatuaje de estrellas que decoraba tu brazo, tu
delicada piel que en mis sueños eternos tocaría sin descanso... ese rostro de
ángel con tus rizos castaños decorándolo dulcemente... tan dulce como el
recuerdo que ha quedado en mí...
En la distancia entre
el 11 y el 10, en solo unos minutos que cambiaste mi manera de ver la vida, de
azul mate al naranja brillante de tu playera... en una locura de nombre
ininteligible porque aunque recuerdo el tuyo no lo nombraría hasta tenerlo de
tu boca, hasta el día que el sueño te robe el aliento como tú con tu bella
sonrisa robaste el mío...