Y de pronto comienza el infinito reclamo, como si hubiera sido agraviado y sus palabras sarcásticas e hirientes dejan un eco que a veces es difícil de olvidar... y todo porque dejamos que nuestras emociones muchas veces hablen por nosotros.
No digo que se trate de reprimirlas ni nada por el estilo, sino que siendo la primera reacción que tenemos después de la sobrevivencia las emociones juegan un papel crucial en nuestro comportamiento, muchas veces nos llevan a reaccionar de maneras que pueden herir a otros.
Cuantos pleitos con la pareja, los amigos o los colegas del trabajo te das cuenta que podrían haber sido evitados si hubieras permanecido en silencio unos segundos más. El comportamiento asertivo indica que hay que respirar por lo menos antes de hacer cualquier cosa al sentir una fuerte emoción.
El tener la capacidad de autorregularnos y abrazar la emoción sin necesidad de reaccionar ante ella es lo que permitirá que nuestras decisiones, palabras y acciones no nos lleven a un cataclismo que puede hacer que nuestras relaciones con personas cercanas se deterioren.
Quizá si contar hasta 10 siempre ha sido el mejor consejo ;)
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