Me di cuenta que he aprendido a ver la vida de otra forma, a reconocer las etapas de la vida que he pasado y como cada una de ellas me ha marcado para bien. Este año ha sido de evolución, de elevar la consciencia, de tomar las cosas más ligeras y reconocer lo significativo de la vida.
Después de tantos libros escritos, de compartir con personas tan extraordinarias el balance de mi año 36 en este plano es mucho muy positivo y abre la puerta a un año 37 lleno de logros y de cosecha de todo lo que he venido sembrando.
Brindo por que miles de sueños se hagan realidad, porque un propósito superior siempre nos guíe y que todas las experiencias dejen un aprendizaje profundo para siempre estar creciendo y saliendo adelante. Bienvenidos 37 y vamos por mucho más.
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