lunes, noviembre 21, 2016

Hablando de extrañarte

Dulce Noviembre... siempre tengo tantos recuerdos atados a este mes, a veces no sé si es el clima pero tiene algo que hace que sucedan cosas extraordinarias en el extraño devenir simple de la Vida... hay tantas cosas que vuelan en mi memoria, mi primer beso, ese beso furtivo que una mirada descubrió sin querer queriendo, nuestro último (hasta ahora) beso que significa tanto que tuvo todos los momentos juntos, esa calidez especial que era necesario e imperante amar porque solo un sentimiento de ese tamaño le hacía justicia...

Extrañarte como es el acto más natural y al mismo tiempo el más complicado del mundo... como describir tantas cosas que acontecieron entre los dos, como dibujar todos los instantes tan "sencillos" tan inmortales que llenan cada espacio de este lugar... esas rutinas extrañas que nos inventamos el uno al otro, mientras te esperaba, mientra tu me esperabas, tantos pensamientos que nunca llegamos a leer el uno al otro pero que con una mirada se podían acallar...

Aquel abrazo, ese fatal día que tus pasos te llevaron mucho más lejos de lo que había ido en todo este tiempo, estaba tan lleno de amor y cariño, de pertenencia e identidad, porque nos reconocimos el uno al otro simplemente mirándonos, existíamos  cuando estábamos uno con el otro... aquel abrazo dijo mucho más de lo que nos dijimos en todo ese tiempo, quizá demasiado tarde, pero tan oportuno...

Y como descubrir los días que restan en esta soledad tan fría que tu halo ha dejado, que tu ausencia se siente en el aire, que tus pasos aún resuenan en el piso de madera que siempre anunciaba tu llegada y tu salida, y que ahora se contenta con pasos de fantasma que van dejando un rastro de lágrimas que no se pueden contar...

Te extraño demasiado, en cada lunes que levantarse era un suplicio e inventábamos esas formas extraordinarias de iniciar la semana laboral, en cada martes que cerrábamos con una torta y viendo caricaturas, esos miércoles interminables donde solo queríamos llegar a casa a descansar, los jueves de escapada a cenar que siempre tenían o una copa de vino o clericot (en ese lugar donde si lo hacían rico), los viernes donde salías mas temprano o había convivencia con los del trabajo que preludiaban ese día tan ansiado, ese sábado de desayuno en la mesa o en el Sanborns viendo series o decidiendo que íbamos a comprar que podía ser de cine o de cena todo nuestro día juntos y el domingo familiar juntos o separados donde ya solo esperábamos a que llegará el final para comenzar de nuevo otra semana.

Instantes que definieron mucho tiempo y muchos meses, de viajes inesperados, de cenas románticas, de locuras y de sueños, de metas compartidas, de tantas cosas que estas paredes solo me hacen recordar, de nuestras diferencias insalvables que siempre sabíamos sortear... de extrañarte tanto, de seguir pensando, de querer regresar el tiempo y tener la oportunidad de hacerlo mejor... aunque siempre para mí lo que pasó (antes de esa noche fatal que ninguno vio venir) ha sido lo mejor que me ha pasado... 

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