viernes, septiembre 13, 2019

Quererte me hace bien

Y de pronto esa cálida sensación en el pecho, y no no me refiero a un codazo impulsivo, sino a esa calidez que se siente como cuando vuelves al hogar, al lugar donde perteneces, donde el mundo podría girar más rápido o simplemente detenerse y no nos daríamos cuenta, por que tan solo basta ese instante en que nuestras miradas se encuentran y sin decir nada decimos tanto, una sola sonrisa que ilumina la penumbra de las nubes de tormenta...

Tomando a nuestro cargo ralentizar el tiempo, porque aunque breves los instantes, eran como en cámara lenta, llegar al destino, ordenar la cena, un lugar lleno terminar vacío, buscar un artículo que no estaba allí, terminar la compra, todo sucedió en tan poco tiempo y tan largo, que da igual cuanto vuelva a pasar si tan solo una fracción de esto que se siente en el pecho durara hasta la próxima vez...

Cuantas palabras harían falta para decirte lo que significa esta sensación ligera mas definitiva, tan honda pero tan suave, y de pronto me hace falta pedirle a las nubes la sensación de suavidad que siento a tu lado, me hace falta pedirle al viento su fluidez y su fuerza cuando en tu mirada me siento arrastrado de un lugar a otro, sin perderme porque en tu mirada es el lugar donde me encuentro, una y otra vez...

Aunque las palabras no sean profusas, aunque en nuestro tiempo ralentizado no hayamos encontrado ese espacio común testigo de tantas tardes de conversaciones infinitas, es el magnetismo a nuestro alrededor el narrador elocuente de toda esta historia, que existe y se puede palpar que aunque sin el tacto es demasiado cercana, sin la efusividad es increíblemente emocionante, y hasta en ese dejo de paranoia es encantadora...

Un hasta pronto, hasta que sin mirarnos, ese roce de nuestros labios, diga más que todas las palabras juntas, diga que quererte me (nos) hace tanto bien...

martes, septiembre 10, 2019

Comunicación incierta

Y de pronto hay cosas que quiero decirte, aunque quisiera decirte todas las cosas... pero y si tus ocupaciones te tienen no disponible, y si solo decides contestar una silaba o si decides no hacerlo... y es el tiempo el eterno tiempo que es tan corto cuando podemos vernos y hablar, y entonces que te digo... o si mejor no te digo nada...

Entiendo como son las cosas, como se supone deben ser, las reglas de una 'sana' convivencia, aunque a veces no sé donde están los límites de lo deseable o lo no deseable, como saberlo, como evitar que cada palabra (porque son tan pocas) me cause un profundo efecto...

Como separar la imagen de ti, si ambos decidimos que fuera de una forma, es reversible? es irreversible? existen nuevas fronteras?... y si te digo que te extraño, es bueno? es malo? es solo mío? tendrá alguna respuesta?...

Si solo me queda esperar y esperar... sería eso ponerme en pausa y cuando digas mi nombre estar siempre disponible... y si sigo adelante con todo lo que ocurrirá con la vorágine que estoy creando y cuando al fin te decidas, no estoy disponible...

No sé nada y de imaginar podría morir, pero como saberlo si solo puedo preguntármelo a mí mismo, dime como lidiar con esta incertidumbre, que es lo que ocurre, porque al parecer a mí ya no se me ocurre nada...

martes, septiembre 03, 2019

El poder del olvido

Como si el mismo tiempo hubiera tomado forma física, se siente denso en un intento de llenarlo todo, de saturarte con su presencia, como si trataras de correr estando enterrado en la arena... Tiempo inviolable, imparable, inevitable... y entonces totalmente enterrado en su mano irreversible veo a lo lejos aquellos sucesos que en cierta ocasión causaron dolor y que mi mente en el presente único puede reproducir esa sensación física como si la estuviera volviendo a vivir (y en realidad así es)... tanto dolor tanto sufrimiento, cuando me alejaba de ese lugar que aún está ahí, cuanto ha cambiado o cuanto a permanecido igual, no lo sé, solo recuerdo tu cara cuando me dabas la espalda y terminaba de susurrar un par de palabras... para no volverte a ver más...

Y entonces recurrí a ese poder que no se puede usar, que sucede sin darnos cuenta, que si lo tratamos de ejercer funciona al contrario... el Olvido... y me propuse olvidarte, olvidar todo aquello que me prendo de ti desde el pasado remoto y realmente muy antiguo... hasta había casetes grabados de alguna de nuestras conversaciones... y sucedió, temporalmente al menos, pude reescribir nuevos recuerdos, donde no estuvieras, donde no te pudiera volver a alcanzar...

El Tiempo se encargó de lo demás, trate de olvidarte tanto, que cada vez que paso por ese lugar sin tiempo, te recuerdo cada vez más, ya no duele, reescribí la sensación, veo tu radiante rostro y sonrío al saber que quizá aún hoy un día te podría volver a encontrar... y sin embargo, soy consciente de que efectivamente, aunque tú seas la excepción de la regla, cualquier cosa  puede ser olvidada, solo hay que dejar de recordarla...

Ahora en realidad no sé muchas cosas que antes sabía, momentos, historias, personas, que en la arena del tiempo se van quedando sepultadas porque no hay quien este evitando continuamente que la arena se acumule, simplemente se queda ahí y el viento acumula el polvo y el polvo se convierte en tierra y la tierra lo cubre por completo y al volver la vista atrás solo vemos la tierra ahí, quizá recordemos que ese montículo no estaba pero tampoco estamos dispuestos a descubrir que lo creó... 

Sucede que usamos nuestro poder, de dejar aquello que no nos es útil, ni edificante, ni suma más a nuestra existencia, aquello que ya ha cumplido su propósito y listo, dejarlo atrás dejar que el viento, el polvo, las arenas del tiempo hagan lo suyo, sin aferrarnos más, sin crear ataduras imaginarias... creando nuestro gran proyecto, ese que no dejaremos que las arenas del tiempo lo sepulten, ese que nos dará una visión mayor, un impacto perdurable, porque una vez que olvidamos lo intrascendente, estamos listos para trascender...