martes, septiembre 03, 2019

El poder del olvido

Como si el mismo tiempo hubiera tomado forma física, se siente denso en un intento de llenarlo todo, de saturarte con su presencia, como si trataras de correr estando enterrado en la arena... Tiempo inviolable, imparable, inevitable... y entonces totalmente enterrado en su mano irreversible veo a lo lejos aquellos sucesos que en cierta ocasión causaron dolor y que mi mente en el presente único puede reproducir esa sensación física como si la estuviera volviendo a vivir (y en realidad así es)... tanto dolor tanto sufrimiento, cuando me alejaba de ese lugar que aún está ahí, cuanto ha cambiado o cuanto a permanecido igual, no lo sé, solo recuerdo tu cara cuando me dabas la espalda y terminaba de susurrar un par de palabras... para no volverte a ver más...

Y entonces recurrí a ese poder que no se puede usar, que sucede sin darnos cuenta, que si lo tratamos de ejercer funciona al contrario... el Olvido... y me propuse olvidarte, olvidar todo aquello que me prendo de ti desde el pasado remoto y realmente muy antiguo... hasta había casetes grabados de alguna de nuestras conversaciones... y sucedió, temporalmente al menos, pude reescribir nuevos recuerdos, donde no estuvieras, donde no te pudiera volver a alcanzar...

El Tiempo se encargó de lo demás, trate de olvidarte tanto, que cada vez que paso por ese lugar sin tiempo, te recuerdo cada vez más, ya no duele, reescribí la sensación, veo tu radiante rostro y sonrío al saber que quizá aún hoy un día te podría volver a encontrar... y sin embargo, soy consciente de que efectivamente, aunque tú seas la excepción de la regla, cualquier cosa  puede ser olvidada, solo hay que dejar de recordarla...

Ahora en realidad no sé muchas cosas que antes sabía, momentos, historias, personas, que en la arena del tiempo se van quedando sepultadas porque no hay quien este evitando continuamente que la arena se acumule, simplemente se queda ahí y el viento acumula el polvo y el polvo se convierte en tierra y la tierra lo cubre por completo y al volver la vista atrás solo vemos la tierra ahí, quizá recordemos que ese montículo no estaba pero tampoco estamos dispuestos a descubrir que lo creó... 

Sucede que usamos nuestro poder, de dejar aquello que no nos es útil, ni edificante, ni suma más a nuestra existencia, aquello que ya ha cumplido su propósito y listo, dejarlo atrás dejar que el viento, el polvo, las arenas del tiempo hagan lo suyo, sin aferrarnos más, sin crear ataduras imaginarias... creando nuestro gran proyecto, ese que no dejaremos que las arenas del tiempo lo sepulten, ese que nos dará una visión mayor, un impacto perdurable, porque una vez que olvidamos lo intrascendente, estamos listos para trascender...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con lágrimas en los ojos solo puedo decir que seguimos caminando... que hay mucho por hacer y por seguir... y aunque el olvido sea parte del todo... uno no deja de olvidar que es parte de ese todo... gracias por escribir esto y recordarlo siempre.... @fpoom