De pronto cada segundo se convierte en una lágrima de cristal que corta el aire a mi alrededor que se congela en mi aliento que cede en su intento de confundirse con el tuyo... mientras los latidos de mi corazón interrumpen este silencio sepulcral con la orquesta de tu nombre y la promesa de que un día este junto al mío... mi dulce y cruel Noviembre, que desnudas con los vestigios de tu frío viento que corta mi piel y le da vida de nuevo...
Concentro las últimas gotas de tu esencia en tu regazo, mientras veo como piensas partir igual que cuando llegaste en medio de la noche e iluminaste esa fría mañana con tu sol... y pienso en lo que esta vez tuviste a bien regalarme, como con tu magnífico manto me diste de nuevo un asomo de esperanza, una mirada tan dulce y de nuevo tantos recuerdos que simplemente me dejan sin aliento...
E imagino en los albores de la incertidumbre de tu final anunciado, como de nuevo me muestras todos los caminos que pueden dejarme sin aliento, devolverme a la vida, darme alas de nuevo o cortarlas de una vez... y creo sin lugar a dudas que pase lo que pase no me decepcionaras...
Te diluyes entre mis sueños eternos... entre los amores que me entregaste una vez... en esas noches en vela que tenían un solo nombre... o que con triángulos dibujabas la bóveda celeste... los besos robados, y esa dulce miel que aun alimenta el deseo de cada una de las fantasías de caer entre tus brazos, de encontrar en los amaneceres la luz de tus ojos, en el cielo tu rostro y en la noche tu brillo en el firmamento...
Y te vas dejando mucho mas de lo que te llevas, para que te vuelva a esperar... contigo y sin ti...
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