Mientras escribo estoy disfrutando de mi té, que para tener la temperatura que a mí me gusta le pongo 2 minutos en el horno de microondas, y siempre que pongo mi taza con la medida de agua perfecta, hago algo mientras se calienta, hoy por ejemplo aproveché para guardar y lavar los trastes.
En ocasiones uso ese tiempo para tender la cama o escribir ideas principales de lo que quiero compartir. Siento esos dos minutos de calentamiento como un tiempo muerto artificial (me pregunto si habrá algunos naturales) para alcanzar una meta en concreto. Puede ser que tender la cama o lavar los trastes de la cena de la noche anterior no sean prioridades vitales pero si me dan un sentido de logro y satisfacción al ver esos elementos limpios y en orden.
Muchas veces decimos que no tenemos tiempo justo para las prioridades vitales y no nos damos cuenta de los tiempos que se pueden aprovechar perfectamente para lograr muchas cosas, esos 2 minutos o 5, 10, 15, 20 minutos que están por ahí y solo los tienes que traer a la consciencia hacen la diferencia.
El otro día que salía de una reunión de negocios el trayecto en una app de transporte tardó una hora, el tiempo que normalmente le hubiera dedicado a la ventana para contemplar la gran ciudad lo utilicé para seguir con una lectura que complementa mi nuevo libro, solo tuve que pensarlo y tomar acción.
Créeme es más fácil de lo que parece, y ese tiempo acumulado al pasar de los días y años te puede dar una ventaja que las personas que se escudan en el "no tengo tiempo" no tienen. Así que piénsalo y coméntame donde están esos 2 minutos que pueden cambiar tu día (y eventualmente tu vida) y que haces con ellos.
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