Mientras estaba en la ducha, pensaba en que debería de mandarle mensaje a una colega empresaria para platicar con ella, a lo que mi mente cuestionó el porqué de esa decisión. Me puse a reflexionar largo y tendido, finalmente no colaboraría en sus proyectos, no le pediría que colaborara en los míos y en realidad como que nuestra vibra no fue 100% compatible en los eventos que nos tocó compartir juntos, así que ¿Por qué de pronto le quería mandar un mensajito?
Era un ataque de curiosidad o más bien de saber el chisme. Cuando la conocí estaba en el mismo proyecto en el que yo trabaje hace tiempo, además vivía en un estado del norte de la República Mexicana. Ahora veía sus reels con una bata y además en sus estados de Whatsapp algunas invitaciones a un proyecto diferente.
Y entonces es cuando ese impulso por saber los detalles me estaban orillando a mandarle un mensajito, quizá concertar una cita y ponernos a charlar algunas horas para que le pudiera preguntar que estaba haciendo, luego ella me iba a querer invitar al proyecto y le diría que si la buscaría después o que lo iría a pensar.
O sea que iba a desperdiciar su tiempo y mi tiempo en aras de saber algo que no iba a tener ningún impacto en mi vida tampoco, así que mi mente hizo bien en cuestionarme y finalmente me dio un buen tema del cual escribir. Ahora te pregunto ¿Cuánto tiempo usas para saber ese tipo de información? ¿Qué beneficios tangibles obtienes de eso? ¿Le has dicho a alguien con proyectos interesantes o invitaciones a eventos de desarrollo que no tienes tiempo?
Quizá es tiempo de que empieces a evaluar usos mejores de tu tiempo, como en este curso que puede potencializar tus finanzas de manera radical este 2023, o solo dale clic por el chisme ;)
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