miércoles, agosto 02, 2006

Conversiones...

En un día, digamos, tan agitado como hoy, vienen a mi mente un aluvión de múltiples ideas que reclaman atención, enumerarlas es relativamente fácil esta vez, ya que se refieren a sucesos concretos que ocurrieron, tanto concreta como abstractamente, pero con una profundidad que lo complicado es hablar de ellos, hacer la conversión de las ideas en letras… y como siempre ocurre la batalla de los títulos por escoger, cual se ajusta mas a las circunstancias, al desarrollo de los temas, pero creo que esta vez referirse directamente a un asunto en particular dejaría opacos a los otros y todos tienen su particular importancia… entonces pensé en hacer algo como las “Pequeñas Historias”, pero decidí que no, debería de tener un título por cada suceso, un relato aislado y entrelazado a la vez, y aunque los tengo esta vez preferiré hacer las conversiones de las ideas en letras simplemente en párrafos separados aunque no tanto.

Recordando el extraño sueño con una Princesa de mi cuento de hadas, tan solo admirando los recuerdos que vagaban por mi mente, que revivían mi corazón, algo nervioso por los compromisos por cumplir, después y antes, el segundo viaje. Ese segundo viaje en ese nuevo medio de transporte, recordando como fue la primera vez que estuve allí: “…el recorrido es muy cómodo, la vista es lo suficientemente llamativa, y la compañía no podría ser mejor, el destino es agradable en sumo grado y la charla y el paseo, la fuente, el observar a la gente que camina por ahí, esa sublime conversación, el café, pienso que mi vida no puede ser mejor, es tan bella, es tan comprensiva, es todo lo que siempre he deseado, es como un sueño hecho realidad, no cambiaría nada de cada momento en que estamos juntos, cuando puedo acariciar su tersa piel, perderme en el brillo infinito de esa indómita mirada, ¿quién eres musa de un inmortal sueño? ¿dime si puedo conservar la melodía de tu voz, la miel en tus labios, el arte de tu mirada? Cuanto daría por detener el tiempo cuando estamos frente a frente, conservar esa dulce mirada que sabes que me hace temblar y rendirme ante esa suavidad en tus manos. El regreso es simplemente encantador, estás tan cerca de mí, puedo abrazarte sin temor, puedo sentir ese calor que me mantiene vivo, impregnarme de tu ser. La lluvia comienza a caer, debes despedirte, pero me dejas un recuerdo inolvidable y el único deseo y esperanza de estar junto a ti otra vez…”. La segunda vez y también estaba nublado, la tarjeta al final del viaje no se quedo en mis manos tal como aquella vez, el destino difería pero el sentir era el mismo, estaba junto a mí, sé que estaba ahí.

Esa conversación, hablando de tantas cosas, defiendo el miedo. Y el tiempo pasó, las circunstancias seguían en su incansable cambio. Ahora estamos los dos solos charlando, y mientras dices tantas cosas que me mueven, que agitan mi corazón, y existe clavada una pregunta en mi mente: ¿de qué tienes miedo?... no te pregunto porque creo saber que esquivaras mi pregunta, talvez te defenderás ‘yo no tengo miedo…’, talvez la ignorarás ‘… como te decía…’, y pienso en otra posibilidad, pero algo me dice que es una ínfima probabilidad, de que quieras o por lo menos intentes contestar la pregunta, de que se quede mas de 2 segundo sin ser atacada en tu mente, de que te des cuenta de que la respuesta contiene algo que enseñarnos, que podría desmentir muchas cosas, que podría eliminar las barreras, abrir la puerta a tantas oportunidades a ver todo desde otro cristal… no te pregunto, algunas cosas me hieren otras me hacen sonreír, quiero decirte todo lo que vales para mí, todo lo que he pensado para ambos, pero has sido terminante, tienes tu propio punto de vista y la tensión es suficiente, solo desearía que leyeras mis pensamientos, que yo pudiera entender los tuyos ¿a que le temes en realidad? solo eso quisiera saber… a solas de nuevo, recapitulando, creo que la primera pregunta que debía existir en mi mente es: ¿porqué tenía miedo de preguntar?...

Un lugar concurrido y el otro no, conversaciones en ambos, objetos de investigación… es una necesidad, siempre todos buscan a un receptor, o buscan ser el receptor, de ese frío concepto de la comunicación… lo escucho atentamente, casi nunca lo oigo hablar tanto de tantas cosas durante tanto tiempo, creo que la televisión siempre es solo emisor para él, veo como descarga sus ideas, como en realidad lo necesita, como después de todo es como los demás, al principio me sorprendió, pero al observarlo al día siguiente con detenimiento caí en la cuenta, solo busca con quien hablar, y a alguien dispuesto a escuchar…

Me decían muchas cosas, siempre son buenos asesores, al menos comprenden la mayoría de lo que les digo y lo convierten en herramientas que yo solo no vería… se han formulado tantas teorías, ya sea de comportamiento, de tendencias, filosóficas, hasta literarias… y sugirieron empezar la unificación de ellas, la comprensión absoluta de los puntos de vista objetivos y con la subjetividad como instrumento de espacios abiertos, formular las nuevas teorías, demasiado ambicioso… teorías perfectas… creo que debería existir una teoría que las regulara…


Simplemente el resultado puede aun acontecer, las únicas fuerzas capaces de arruinar todo han probado cada opción, cada decisión, ahora veremos como se desarrollan los acontecimientos, las teorías cuánticas me han hecho cambiar un poco el estilo, pero solo son parte de la llave que me falta poco por completar…

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