Y en sentido estricto de la palabra, hubo 24 horas desde que mire tus ojos de nuevo y hasta que tuve que decirte adios... hasta que tuve que separarme de tu tersa piel, hasta que terminó el sueño dorado de estar contigo, hasta sentir de nuevo el frio alrededor... ya que no estabas tú... y aun asi quedo grabada la sonrisa indeleble en mi rostro por tener la oportunidad de pasar el tiempo a tu lado... mas que el tiempo, parte de mi vida, la que ahora es una parte importante de mi vida...
Y siguen pasando los segundo, volando y estrellandose en mí, kamikazes resueltos a gritar tu recuerdo tan cerca, centinelas imperterritos de tu dulce aroma grabado en mi piel, de la sensacion incauta por volver a tenerte entre mis brazos y respirar tu aliento que me hace vivir... sin saber si en el futuro miraremos nuestros ojos fundidos en un abrazo idílico, pero confiando en que volverá a suceder, en que la vida nos concederá otro tiempo, para poderla vivir con mas sentido, yo para ti, tú para mí...
Y entre ironías y lo ilógico, entre la sombra y la luz, entre tu y yo de nuevo se agranda la distancia física, y quiero pensar que se acorta la que existe entre nuestros sentimientos, y cada latido busca el otro para estar totalmente completo y cada suspiro le pide al viento lo llevé hasta ti, y respiremos nuestro aliento que nos guiará de nuevo, hasta estar juntos al fin...
Y en 24 horas, cuando no nos separamos casi ni un momento, casi un momento eterno parece que estas lejos de mi, fugacidad conjugada en la penumbra de tu ausencia y en la luz de la esperanza de saber de ti, en la lujuria intensa por perderme en tu mirada, en la sed implacable por beber de ti, de ser de nuevo uno, y retar al tiempo existiendo juntos, perdiendonos en instantes eternos que no tengan fin...
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario