Y en esto nos parecemos al mundo... el mundo es dual, desde las cargas contrarias en nuestra estructura molecular y atómica, hasta las fuerzas del orden y el caos que buscan siempre el equilibrio, hay cosas oscuras y cosas luminosas, lo positivo y lo negativo y además esa indefinible lucha eterna entre el bien y el mal...
...y así somos nosotros, seres duales, con nuestras virtudes y defectos, con ganas de construir y también de destruir, atrapados en el dilema infinito de "ser o no ser", a veces dejándonos llevar, a veces tomando la iniciativa, siendo racionales o emocionales (no creo que esto se contraponga es más bien una danza interna donde siempre prevalece la emoción), con nuestras luces y también con nuestra oscuridad.
Y ahí reside nuestra mayor fortaleza y nuestra mayor debilidad, encontrar el equilibrio entre nuestro ser dual, eso que decidimos que nos defina, aquello que permitamos que prevalezca. Al final es una prueba de carácter, nuestra debilidad solo alienta nuestra fortaleza, se equilibra, se vuelve una fuerza impulsora, a menos que usemos nuestras fortalezas para alentar nuestras debilidades (acaso será lo mismo) y entonces nos detiene. Avanzar, detenerse o retroceder, al final solo nosotros sabemos si es que no al ir hacia atrás estamos realmente avanzando.
Aprovechar nuestro ser integral para impulsarnos justamente hacia donde "nos late" hacia lo que consideramos lo mejor en nuestra vida, ir descubriéndonos, a veces frustrándonos por lo que encontramos en nuestra dualidad que no nos gusta, a veces permitiendo que nuestro mejor ser brille a pesar de que nuestra mente diga no aun no... dualidad divino tesoro... solo depende de que calibres tu balanza encuentres tu equilibrio y lo dejes ser 😉
P.D. Hay que empezar por el ser, porque ese es el sentido correcto de la fórmula y después solo hay que fluir.
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