Ese corto trayecto...

Y descubierto hace tanto cuando la noche corría hasta alcanzarnos, y a veces no había a donde huir… ese rápido, adecuado, y emergente trayecto, conocido por casualidad, en extrañas tormentas, escenario de descaros, de dichas, o simplemente de pocas alternativas… hasta de mañanas heladas, o expectativas inconclusas… hoy dejó mas que el recuerdo de la cena y la charla… vaya que fue extraño, ahí entre tanta gente con un destino en “común”, simplemente subió, simplemente nuestras miradas se encontraron y durante unos segundos se perdieron en una extraña conexión, solo rota por el movimiento obligado, pero que una de las partes no deseaba romper… y atrevida fue su mano al llegar a la mía y no fue coincidencia el brusco toque de mi brazo, y entre tanto movimiento, en la charla de sus acompañantes y en el estupor que este peculiar día provoca, pensé que simplemente había viajado demasiado mi imaginación… pero no, y gran sorpresa la mía al descubrirla, simplemente tocando mi mano, ajena a cualquier expresión, pero que no me dejaba pensar con claridad, y de repente esa insinuante mirada, ese delicado contoneo, esa agitada respiración que no sentí, que no vi, que no oí, pero que en cada latido de mi corazón estaba… y absorto desvié la mirada, de ese ángel nocturno que quería cazar, que tan solo me quería cazar… y llegó el momento en que tuvo que partir, cual niebla que se desvanece, y que al unísono enloquece mi mente al pensar que de fijar la mirada, talvez no estaría aquí envuelto en mis líneas… y nunca la olvidaré, ni a su extraña osadía, esa bella desconocida que en una noche con un solo roce y una mirada, encontró mi ambición perdida…