Justo hace un año en el marco de los ingredientes de la receta del éxito, grababa uno de los videos que aunque muy corto marcó un antes y un después en mi forma de ver la vida. Verán antes era bastante aprehensivo, y como diría la Hermosa Dama creía que todo estaba escrito en piedra.
Después de mucha reflexión, introspección y enfrentarme de manera súper dura al fracaso, por fin entendía el significado de fluir, de dejar de aferrarme, de que las cosas podían cambiar, de que no tenía porque estar atado a lo que había declarado solemnemente.
Claro la vida después nos dio una clara lección de porque es insensato simplemente esperar que todo va a seguir su curso normal. Y creo que de no haber comenzado a fluir más a aceptar la variabilidad de las cosas podría haber enloquecido.
Este año cambió mi vida por completo. Muchas cosas que di por hecho ya no existen. Hubo demasiadas noticias de cosas irreversibles, quizá no en el ámbito más cercano pero si que causaron mucho impacto en mi vida. Hubo muchos aprendizajes y crecimiento.
No puedo decir que el balance fue del todo positivo, quizá cayó en terreno neutral y lo dije este año me puso a prueba y creo que no la pase, sin embargo, los fracasos no están escritos en piedra. Decíamos que nada podía cambiar de la noche a la mañana, ya vimos que si, porque no cambiar nosotros el rumbo, las decisiones, poder ser más flexibles, menos intransigentes, hoy mi vida cambia de nuevo, no sé que pasará mañana.
Solo sé que tengo hoy que ser como el agua y el aire, fluir, rodear los obstáculos, ser constante y mientras tenga claro mi propósito todo saldrá como deba salir. Solo hay que fluir.
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