sábado, diciembre 19, 2020

Hoy es un buen día para dejar ir...

Y esto es lo que entra en los registros de los sueños misteriosos...

Estaba ahí cumpliendo la cita "no confirmada" (y como porque yo haría eso), y dudaba de que tuviera que estar en ese lugar, ya saben los sueños siempre son inciertos, sin saber como había aparecido ahí, pero ahí estaba y debía haber una excelente razón para ello...

Simplemente esperando, desesperado, justo como aquella vez que tenía la certeza de no subir esa escalera y que el subir me mostró lo funesta de esa realidad, y como se parece tanto a la onírica... entonces justo sentía esa inquietud y, sin embargo, no me movía.

Cuando de pronto, como en esas tiradas de dados azarosas resulta justo el número ganador, ahí estaba la razón por la cual estuviera en un lugar tan distante, a una hora tan ajena y tan precisa, cumpliendo una cita, que solo una cancelación explícita habría podido detener, y la razón de la "no confirmación" entonces fue tan clara como una daga envenenada en el pecho...

No daba crédito a lo que mis ojos veían, y cual era el motivo por el cual eché a correr, pero no para huir de la escena del desastre, sino para adentrarme en la boca del lobo, como siempre tres agentes fatídicos del destino, como siempre esa perfección de la figura geométrica, como siempre el lugar y momento correctos, los juegos del universo.

Un sonido semejante al romperse de los cristales, una realidad desnuda y descarnada que me decía que solo era una variable más de aquella ecuación, claro una mucho más joven, el desvanecimiento de una ilusión, los latidos tan fuertes que me ensordecían, la música en francés de fondo, todo tan descabellado, tan inverosímil...

Desperté, estaba entre estas cuatro paredes que parecen eternas ahora, no había ocurrido nada, cual era esa razón, en fin parece que fue en otra época, una de las cuales se antoja dejar ir...

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