martes, diciembre 01, 2020

La habilidad suprema

Estaba en mi clase de creadores de YouTube (suscríbanse a mi canal) y nos explicaban como lograr monetizar mejor a la audiencia, y fuera del debate ético que eso conlleva, lo interesante era que se sentía más como una lección de psicología básica, las personas buscan ser parte de algo, ser reconocidas, sentirse importantes y eso es lo que un buen creador hace para los otros.

Y de pronto tuve una epifanía, el secreto para tener audiencias cautivas, es que un ser humano, que ha logrado un grado importante de atención de otros seres humanos, trate a los demás humanos como humanos. Definitivamente creo que si YouTube tiene que enseñarnos eso, la sociedad actual está realmente mal (más allá de que mi amigo David diga que esta igual de mal que en muchas otras épocas).

Pensé en ese momento en mi gran socio y amigo Jacob, que tampoco tiene un canal en YouTube, que tiene un talento enorme para conectar con las personas y cuando no está pensando tanto simplemente cautiva a su audiencia, en la vida real, en la interacción verdadera, y muchas personas confían en él y se sienten cercanos y a gusto.

Lo maravilloso del asunto es que es algo que está literalmente al alcance de todos, que tal que nos volviéramos más hábiles en tratar a las personas como personas y no tanto como solo seguidores en redes sociales, suscriptores de nuestros canales, a los que exigimos likes y atención al por mayor, bajo el riesgo de volvernos simplemente material de consumo.

Si creo que me proyecté poquito, sin embargo, creo que es un buen momento para hacer una pausa y reflexionar acerca de como nos relacionamos y como podemos ser agentes del cambio social, quizá sea nuestro momento de hacer un mundo mejor.

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