sábado, diciembre 10, 2022

Confesiones de un artista adolescente

El gran dilema no siempre es como me siento, sino que para los otros parece que siento de más. Y me siento atrapado entre toda la maraña de sentimientos y sensaciones que me llegan y abruman sin cesar. A veces solo quisiera olvidarme de todo, detenerme, no pensar en nada más.

A veces, caigo en un arrebato de ira, de drama, de pasión, intentando agradar a todos y hacer algo digno de su memoria. A veces intentando ser ecuánime parece que hago daño a quienes están a mi alrededor, a quienes amo.

Cómo avanzar entre tantas voces de mi mente que me dicen lo que tengo que hacer y entre tantas personas que también quieren dictar el rumbo de mi vida. Todo se hace un caos a mi alrededor, el bullicio se hace eterno, quisiera estar en silencio y sin evitarlo me pongo a gritar.

Rompo los espejos a mi alrededor a mano limpia, los cristales me hacen daño, aunque pareciera que la imagen que se reflejaba ahí me dolía aún más. No sé cómo reparar los daños que he dejado en la habitación, no sé cómo expresar liberar el dolor de mi alma sin causarme un poco, pero si no la expreso podría estallar.

Los arrebatos de mi furia dibujan lienzos, los aspavientos de mi delirio crean melodias, los cortes en mi piel novelas infinitas ¿Dónde estoy? ¿Quién soy? ¿Cómo puedo amar? Cuando lo más seguro sería el silencio.

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