El día de hoy para iniciar bien la mañana compartí una imagen que me pareció muy inspiradora cuyo mensaje principal decía que los límites los ponías tú... a lo cual alguien en mis redes sociales comentaba que la imagen era bella, tenía muy buenos colores, buena tipografía y el mensaje era sumamente acertado, sin embargo, tenía una palabra repetida...
...prácticamente dijo que no importaba todo lo bueno o el contenido que tenía la imagen, sino que había un error. Me puso a pensar en una fabula que contaba uno de mis mentores, donde una pareja llega a su habitación de hotel para disfrutar de unas buenas vacaciones a la orilla del mar, una de las personas mira la ventana para deleitarse con la maravillosa vista, un mar azul, arena blanca y el sol radiante, mientras la otra acaba de llevarse el mayor disgusto porque hay una mosca en la ventana dentro de la habitación.
La vida tiene cosas buenas y cosas no tan buenas, aún en mi corta experiencia de vida no he encontrado cosas que sean perfectas, sin embargo, puedo ver lo mejor de todas las cosas, no soy un optimista sin remedio, sé que hay muchas cosas que se pueden mejorar y aun así disfruto en la medida de lo posible de las experiencias y de los aciertos y de lo que puedo aprender de otros y de las fortalezas de los demás.
Y hay quienes hacen lo contrario, viven a la expectativa de encontrar los errores, de disgustarse o tratar de señalar o corregir aquello que está mal, sin disfrutar del verdadero contenido de la vida, viendo los puntos débiles de los demás, aquello que no está en el lugar perfecto o de la forma perfecta, y que hasta en una bella imagen con un buen contenido lo único que ven es la palabra repetida.
Vemos el mundo no como es, sino como nosotros somos, así que cabe preguntarse, si ves un mundo lleno de errores, siempre en mal estado o si ves lo mejor en todas las cosas y exaltas lo bueno ¿cómo eres tú?
P.D. Te regalo esta crónica de dos días, uno maravilloso y uno desastroso para que me des tus comentarios: Como tener (o no) días extraordinarios
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