Imagínate que eres un atleta, que has llegado a la carrera más importante de tu vida, que estás ahí para aquello que tanto te has preparado. Dan la señal de salida, comienzas a correr con toda tu pasión, la multitud enardece, te vitorean, eres quien terminará en primer lugar y unos metros justo antes de cubrirte de gloria... te detienes y dejas la pista.
¿Cómo te sientes? ¿Qué has hecho con toda la preparación para estar ahí? ¿Por qué si estabas tan cerca simplemente no la acabaste? ¿Sientes frustración? ¿Vale la pena volver a empezar?
Si fue un ejemplo exagerado, pero piensa ¿cuántas veces has actuado así en la vida? ¿Cuántas cosas que has empezado las has dejado inconclusas? Miro a mi alrededor los cuadros que adornan la sala, fueron hechos por los rompecabezas que armamos mis amigos y yo, todas las historias que compartimos en esa mesa donde tomaron forma, la emoción al acabarlos y tenerlos en la pared, no son un cuadro, son todo lo que llevó tenerlos ahí.
Pero falta uno, ese rompecabezas que quedó inconcluso, que de pronto un día abandonamos, que ni siquiera sabemos si está completo, pero se ese nadie habla, nadie lo admira, es más puede ser olvidado y no pasará nada.
Justo así es ese vacío que deja el no terminar lo que empiezas, es un hábito, dejar las cosas inconclusas, siempre te llevará a estar mucho muy cerca pero no probar las mieles del éxito. Es tiempo de que te deshagas de ese hábito y te conviertas en la persona que terminará todo lo que inicia, que lo llevará al resultado que quieres, es hora de que vivas ganando, que todo tenga su recompensa.
Acaso ¿no la mereces?
P.D. Toma la decisión, toma acción y haz que rinda frutos invirtiendo o comenzando un negocio ¿que dices?
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