En cambio mi hermano si venía con el gen de músico y aprendió a tocar la guitarra casi de oído y junto con mi papá armaban sus noches de bohemia. Ahora bien la creatividad y lo artista a mí se me dio en el campo de la escritura que ahora es mi profesión principal.
¿Qué hubiera pasado si me hubiera aferrado a la música? Quizá me hubiera esforzado muchísimo, invertido muchos recursos y pudiera haber terminado siendo un músico frustrado dedicándome a alguna otra profesión. No obstante, desde niño note mi habilidad para crear buenos escritos y aunque sí hice una carrera en ingeniería, seguir escribiendo me llevó hasta donde estoy ahora.
No solo se trata de creernos capaces de cualquier cosa, sino de combinarla con lo que de forma natural se nos da. Alguna vez tomé clases de basquetbol y jugaba los fines de semana con mi familia, pero mi tamaño era una desventaja natural (y por más que mi mamá creyera que jugando basquetbol sería más alto, pues los genes determinaron que midiera menos de 1.60m).
Claro que abandoné ese deporte y mejor me enfoque en destacar en matemáticas, siendo mi primer negocio dar clases a los niños del vecindario, graduarme con honores de ingeniería química y volverme experto en finanzas personales.
Así que lo que quiero dejarte ahora es que reflexiones acerca de lo que te apasiona y para lo que naturalmente eres bueno, poder combinar ambas es verdaderamente una bendición y puede redituarte muy bien a futuro. Que no por aferrarte a una pasión en la que no tienes fortalezas pierdas tiempo valioso y te lleve a la frustración. ¿Qué opinas?
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