Lo que sucede es que tendemos a repetir aquello que nos produce gratificación instantánea y evitamos acciones que aunque nos pueden producir beneficios a largo plazo, resultan aburridas o llevan un gran esfuerzo.
El pensar en el esfuerzo, tiempo y recursos que nos llevará ejecutar ciertas actividades que no tendrán un efecto tangible de inmediato, nos lleva a liberar esa tensión en actividades que son más sencillas de hacer aunque consumen tiempo valioso sin contribuir a nuestra prosperidad futura.
Pasar horas enteras en plataformas de streaming, de estar haciendo scroll infinito en redes sociales, revisar correos electrónicos, tener conversaciones intrascendentes es sumamente sencillo y satisfactorio, por lo cual empezar a hacerlas y seguir con ellas nos hacen sentir bien, pero que no producen un resultado deseado.
Por eso lo importante es hacer satisfactorio el comenzar actividades como la lectura, el ejercicio, abordar algún proyecto trascendente. El crear un sistema de recompensas a las acciones que tendrán un impacto significativo es un mecanismo efectivo para crear hábitos positivos que nos lleven a crecer. Asimismo producir un castigo o hacer desagradable lo que a largo plazo no nos producirá prosperidad.
Transformar nuestra conducta es un ejercicio de consciencia que podemos controlar y de esa manera conducirnos al éxito.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario