Mientras espero la plancha

Hay cosas que a veces damos por sentado, pero como dicen el diablo está en los detalles, así que siempre hay que poner atención en el entorno donde uno está para descubrir aquellas cosas que pueden ser obvias en nuestro hogar u oficina y que cuando salimos de nuestro habitat natural pueden hacernos caer en una crisis.

No hay nada alarmante en el suceso de que en el equipaje las camisas que con tanto esmero fueron planchadas se hallan arrugado, al final uno sabe que en un hotel de negocios ese tipo de cosas están cubiertas, hay una plancha, una tabla de planchar, lo interesante es que me tocó la suerte que justo ahora que me preocupo por el planchado (una vez una pareja me dejó por no planchar mis playeras), la plancha no está donde debería estar.

Así que aquí estoy, cumpliendo mi compromiso de escribir una vez al día, filosofando acerca de cuanto tendré que esperar para que la plancha llegue, porque tengo que comer algo antes del meet & greet con mis compañeros de aventura de #skills2024xab, lo interesante es que extraigo el tiempo para hacer esto ante una eventualidad que le puede pasar a cualquiera.

Ciertamente yo no soy muy detallista, más bien, de acuerdo a mi entrenador de gestión de tiempo, soy generalista, pero últimamente me he comenzado a fijar en pequeñas cosas que antes me pasaban desapercibidas y como mecanismo de la mente humana cuando le ponemos mucha atención a algo en automático creemos que todos los demás le ponen la misma atención.

Así que una costura que está un poco deshilachada podría quitarme el sueño durante unos días, pero bueno me mentalizo diciendo que no soy el centro del universo, que nadie se va a fijar en ese pequeño detalle, que el contraste de color es ínfimo, pero bueno así mi filosofada del día de hoy.

Cuéntame ¿Qué te ha pasado últimamente que sea medio bizarro?