jueves, enero 13, 2022

Cambiando de frecuencia

En el mundo antiguo, teníamos aparatos que se encargaban de emitir las transmisiones que llegaban a ellos a través de dos medios, uno era la amplitud modulada (AM) y la frecuencia modulada (FM), este aparato se conocía como el radio y prácticamente todo hogar lo tenía.

Después estas frecuencias, dejaron de ser analógicas y comenzaron a convertirse en digitales y cuando la televisión era la reina de los contenidos que consumíamos ya captaba los canales por señales digitales y cada canal podía tener varios segmentos y transmitir mucha más información.

Ahora pienso que todos los contenidos que vemos en nuestros dispositivos son posibles gracias a una dirección IP que no es más que la frecuencia de lo que queremos consumir, esa dirección donde nos colocamos para ver exactamente lo que buscamos, los enlaces que usamos para llegar a la dirección (frecuencia) correcta.

Y lo interesante de todo esto es que solo escuchamos, vemos, leemos y consumimos el contenido que existe en la dirección o la app que estamos sintonizando. Lo mismo pasa en nuestras vidas, solo podemos conocer, oír, ver y sentir aquello que está en la frecuencia en la que nos colocamos. Todo existe en la vida, tanto lo mejor como lo peor, lo bello y lo feo, la luz y la oscuridad, pero solo podemos percibir aquello que vibre en nuestra propia frecuencia.

Así que te invitó a reflexionar, que es lo que es constante en tu vida, que es aquello que siempre te topas, cuales son las actitudes de las personas a tu alrededor, que tipo de relaciones, trabajos, retos se presentan en tu vida. Y déjame decirte que todo ello está en la frecuencia justa en la que te has sintonizado a ti mismo, a ti misma. Y como con cualquiera de nuestros aparatos y dispositivos, lo maravilloso es que tenemos la capacidad de elegir y si no nos gusta lo que estamos viendo y experimentando, podemos cambiar la frecuencia.

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