Y de pronto me encontraba ahí, justo visitando ese lugar que había aparecido en mis sueños unas semanas atrás, delante de mí estaban múltiples significados, varios actores conocidos unos desconocidos y otros que tendré que conocer, pero sabía que el lugar era justo el que mis sueños me habían mostrado.
Entonces es cuando te das cuenta que tan solo tienes que seguir sin dudar aquello que tu corazón te dice que es correcto, que a veces es momento de avanzar, de soltar aquello que es bueno para poder encontrar lo extraordinario, que si no te detienes, tarde o temprano alcanzas todos aquellos destinos a los que has querido llegar.
La manifestación de los sueños ocurre, tomando las decisiones adecuadas en el momento preciso, aunque a veces tarden años en llegar hay que tener la certeza absoluta que haciendo lo que se necesita al final se obtiene la recompensa. Al final si siembras lo que deseas, lo cuidas y riegas con tesón y ahínco finalmente llegará la cosecha.
Junto con los nuevos inicios, necesariamente llegan los finales, las despedidas, dejar lugares conocidos, rutinas bien establecidas y aunque a veces pasaste muchos años en un solo lugar, el ciclo se ha cumplido y es hora de dar bienvenidas, hora de cambiar, hora de aceptar que ya está hecho ese lugar de tus sueños.
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