¿Te ha pasado que no sabes como empezar? ¿Te falta claridad de cual es el siguiente paso? ¿No sabes como están enfocados tus esfuerzos? ¿Sientes que haces muchas cosas pero no ves mucho progreso?
Te entiendo y muchas veces en mi vida me ha pasado que no tengo idea de para que me levanto este día y al día siguiente y así sucesivamente. En ocasiones parece que damos vueltas en círculo y por más que nos agotamos caminando la meta parece a la misma distancia (o parece que no sabemos hacia donde está la meta).
Entonces, ¿cómo poder lograr lo que nos proponemos sin sentir que solo nos esforzamos en vano? Uno de los consejos más poderosos que recibí fue que tenia que comenzar con el fin en mente y el ejercicio relacionado tenía que ver con visualizar mi funeral y ver como serían los discursos de la gente más cercana a mí.
Definitivamente imaginar el día que ya no estés en este plano no es agradable, sin embargo, me dio una perspectiva totalmente diferente de rumbo que quería tomar en mi vida y como quería ser recordado. Ese era el fin (el más definitivo) y entonces fueron claras muchas acciones grandes que debía ejecutar desde ese día para lograr aquello que había imaginado.
Y es así para cualquier objetivo que plantees en tu mente, si tienes claridad de hacia a donde vas puedes comenzar a tomar decisiones que te lleven de forma más fluida hacia tus objetivos, solo recuerda siempre empezar con el fin en mente y preguntarte ¿esta acción me acerca o me aleja de mi objetivo final? Espero que siempre te estén acercando (o al menos no alejando).
Si pones en práctica este consejo, adquirirás claridad y podrás empezar a sentir el progreso en tu vida.
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