jueves, octubre 01, 2020

De las personas que se van

...y a veces el problema es que mientras se alejan hablan de más...

Quizá te ha pasado que cuando todo parece salir bien (todos tenemos estas rachas extraordinarias) tienes muchos amigos, muchas personas que dicen apoyarte y creer en ti y que te echan porras y te acompañan en el camino.

Y luego viene el ciclo natural de las cosas y te atrapa una racha de esas malas malas, donde ya no ves lo duro sino lo tupido y en ese momento las mismas personas que decían admirarte te dan la espalda, te juzgan por el resultado temporal, te recriminan, critican y te patean cuando te ven en el suelo.

O simplemente se alejan y te dan la espalda. Y son en esos momentos donde te puedes dar cuenta en realidad de quienes sí están para ti, de quienes sí aprecian tu ser. Más allá de lo que tenemos o lo que hacemos o que tan bien nos va en la vida, lo mejor y lo único que siempre nos acompaña es quienes somos, lo que somos, nuestra esencia.

Ahí está la verdadera riqueza, en lo que nosotros nos decimos a nosotros mismos, aquello que es totalmente nuestro, aunque los que se supone nos apoyan y pseudo-quieren muchas veces nos digan lo contrario, que somos un fracaso, que no nos merecemos nada, que no somos dignos; nosotros sabemos que tenemos mucho valor, la dignidad y una grandeza sobresaliente.

Los que se van, o los que se quedan para acuchillarte con espadas envenenadas, son aquellos que ya cumplieron su propósito en tu vida, lo que tienes que soltar justo antes de poder ascender, de poder llegar muy alto y muy lejos. Es justo el momento donde la vida te renueva, te muestra la verdad, quienes sí valen la pena.

Gracias, al final me has enseñado mucho...

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